domingo, 30 de septiembre de 2007

RECUERDOS


La Viuda Alegre. Italia, 1994

¡PASE!...ESTÁ EN SU CASA.


Hay algo que identifica a quien emigra. Es el aire de estar eternamente a la espera de algo, no sabemos bien de qué. Es la presencia de un vacío irremediable, de la falta de "aquello" que hemos dejado por razones tan dispares como la política, la necesidad económica, la familia, un sueño, el amor....

Y ese aquello son nuestras raíces: infancia, juventud, amigos, carrera profesional, música, sueños, olores y sabores que pueden asaltarnos al doblar cualquier esquina y que nos golpean en el medio del pecho, resquebrajando la coraza que nos hemos creado para afrontar el día a día en rumbos que nunca soñamos tomar; idiosincrasias que nos acogen y en ocasiones desconciertan, aún siendo similares a la nuestra; y sobre todo, la sensación de que nos convertimos poco a poco en emigrantes dentro de nosotros mismos, con la mitad del alma "aquí" y la otra mitad "allá", convertidos en nuevos Ulises que tras añorar patria y hogar durante eones, regresamos una y otra vez para partir nuevamente en busca de otras Troyas por conquistar, anhelando encontrar lo que siempre llevamos con nosotros: a Nosotros mismos.

Nacen estas páginas con dos objetivos: compartir mi mundo. Y al decir mi mundo incluyo mi voz, que ha sido una parte tan importante de mi vida. Mis recuerdos, de tantos lugares. Las enseñanzas de las que he sido depositaria, transmitidas por padres, amigos, maestros. Enseñanzas de Vida y de Arte.

Dije dos objetivos: el otro es esperar las palabras de quienes quieran compartir unos minutos, un sillón (aquí en España sería una mecedora), una taza de café, bien fuerte, a la cubana, y otros recuerdos o sueños. Y para recibirles pronunciaré las palabras de todo cubano al ver aparecer a un conocido o desconocido ante su puerta:

"¡Pase!...Está en su casa."